09 enero 2011

Papá Noel



No fue difícil reconocer la mentira en este asunto del tal Papá Noel –también conocido como Santa Claus-, pues quisieron hacerme creer que el sujeto llegaba la noche del veinte y cuatro del mes último trayendo regalos y entrando por la chimenea. Error. En mi casa de la niñez no había más que una estufa a cuarzo con uno de los tubos averiados. Apagada, obvio, por cuestiones de almanaque.

Papá Noel existe, no obstante.

Desde ese día no me quedó otra que espiarlo cuando entrase por la puerta de fondo. El muy audaz es catedrático en eludir perros, alarmas e insomnios. Hay quienes creen y afirman que Papá Noel es un invento popular, una creencia pseudoreligiosa o una especie de espíritu comercionavideño –aprovechable sólo una vez al año-, que, además de no faltar un solo año consigue ser tan generoso que proporciona, indirectamente, la posibilidad insoslayable de trabajar más a causa de su llegada. En forma de horas extras reciben los grandes su regalito navideño. El cual luego, pues, ya se sabe.