09 enero 2011
Papá Noel
No fue difícil reconocer la mentira en este asunto del tal Papá Noel –también conocido como Santa Claus-, pues quisieron hacerme creer que el sujeto llegaba la noche del veinte y cuatro del mes último trayendo regalos y entrando por la chimenea. Error. En mi casa de la niñez no había más que una estufa a cuarzo con uno de los tubos averiados. Apagada, obvio, por cuestiones de almanaque.
Papá Noel existe, no obstante.
Desde ese día no me quedó otra que espiarlo cuando entrase por la puerta de fondo. El muy audaz es catedrático en eludir perros, alarmas e insomnios. Hay quienes creen y afirman que Papá Noel es un invento popular, una creencia pseudoreligiosa o una especie de espíritu comercionavideño –aprovechable sólo una vez al año-, que, además de no faltar un solo año consigue ser tan generoso que proporciona, indirectamente, la posibilidad insoslayable de trabajar más a causa de su llegada. En forma de horas extras reciben los grandes su regalito navideño. El cual luego, pues, ya se sabe.
Todo el mundo está en conocimiento de que Papá Noel ya está bastante achacoso y escaso de fuerzas. Agarró el asunto de los regalos hace más de diez siglos, quince, una cosa así, y el muy aficionado no ha soltado la changa. Por eso tiene varios ayudantes excedidos de peso que, entrajados al rojo y blanco, se las arreglan para repartir todo tipo de regalos. Sin embargo, alguno de estos clones de temporada no saben hacer bien su trabajo. Ya supe yo, párvulo inquieto, abrir mi regalo –esperando dentro del paquete una nave interestelar- y, quiera creerse o no, me encontré con un autito de colección Majorette –imitación china, no francesa, claro-.
Ahora la cuestión es diferente. Como ya no se regalan camiones de madera fabricados a mano por ancianos con lentes quevedos, buguis de hierro forjado a fragua al estilo del Medioevo, etcétera, los Papá Noel, de estos que hay en lote, se las arreglan de los más cómodos y superchochos para traer pequeños gadgets, como un celular, mp5, etcétera.
Muy a pesar del avance tecnológico actual, Papá Noel todavía mantiene sus específicos problemas en cuanto a la ubicación geográfica de ciertos puntos de ataque. No es fácil llegar a tanta gente en una sola noche. Hay que indultarlo. Se rumorea que Santa organiza su repartija actual a base de Google Earth. Ahora puede chequear en un plis plas la recorrida de sus renos voladores y galácticos. Nunca más al chasco de trepar al techo y no encontrar chimenea. Nunca más al chasco de caer de lo más contento y toparse con dos rottweilers molosoides medio rabiosos. Sin embargo, por culpa exclusivamente satelital y fallas en la conexión –se sabe que en el polo norte la cosa cambia-, hay ciertos focos que, a pesar, insisto, del avance tecnológico, no tienen ni chimenea ni na. También es sabido que, para dificultar aún más el trabajo del viejo Santa, algunos gobiernos no se ponen de acuerdo, obligando a uno de ellos a verse en la penosa obligación de privar la entrada a objetos voladores no identificados. La economía tiene un fuerte sistema antiaéreo.
Nunca falta alguno que quiera aprovechar la ocasión navideña para emular al viejo y conocido Papá Noel. Insisto: nunca falta. Son archiconocidas las técnicas de ataque contra estas paupérrimas fotocopias humanas de cuarta. Es recomendable atrincherarse en el escondite secreto de la casa y esperarlos. Generalmente olvidan usar su traje rojo y blanco. Técnica de camuflaje. Hay que ser implacable con estos detractores de la imaginación. Han arruinado las dos últimas generaciones. Eso cualquier niño lo sabe.
Como algunos padres son muy chistosos, generalmente se hacen pasar por el viejo panzón a los solos fines de sentirse protagonistas de estas fiestas de airecillos navideños. En ese caso, liquídenlos. Hay que terminar con los falsos Santa Claus. No hacen otra cosa que arruinarle el trabajo al barbudo gordinflón. Se recomienda usar una pistola láser que los desintegre en el acto, sin previo aviso. No dejar evidencias. Eso sí, luego, esperar al verdadero Santa, que traiga o no traiga nada, aunque más no sea para echar un vistazo y aunque a veces demore un poco, siempre acaba por venir.
Imágen extraída de: www.elhumormedarisa.blogspot.com
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