19 marzo 2011

Dr. Jekill y Mr. Hyde


¿Así lo quieres para el larvario? ¿¡Eh!? Perdón, pero es que... Lo quiero capacitado para funcionar sin trabas, para adaptarse a la corriente, lo quiero apto para soportar la presión y el goce de las ocho o diez horas de mecanización diaria. Quiero que gaste su dinero y que, cuando lo haga, sienta la imperiosa necesidad de superación para engordar sus ingresos, aunque estos jamás engorden. Jajaja. Quiero que se provea de todo lo que le hace falta: un auto, un cerebro electrónico, una tarjeta de crédito, una asistenta. ¡Tecnología, por favor! ¡No soporto verlo tan deshumanizado! Insisto, no creo que lo logre; mírenlo: no deja de ojear ese libro. ¿Libro? ¡Eso es basura! Quiero que quemen esas obscenidades. Pero… eso lo descontrolará. ¿Eso importa? No podemos permitir que emplee nuestro valioso tiempo en imaginarios bocetillos. Anda, busca una cuchara y le quitas los ojos de cuajo, jajaja.

Controla si ha ascendido. Absolutamente nada, todo lo contrario. Creo que deberíamos visitar a otro… disculpen, pero es mi más akademisch sentir. Sabemos bien que debemos acabar la tesis, pero, podemos elegir a uno ya encaminado, sabemos de sobra que abundan hoy día. Eso es verdad. Bien, pero qué hacer.

Esto no estaba en mis planes; hemos aprehendido bien el método, sabemos que funciona, que nadie se resiste. Bueno, no es tan así, recuerden el porcentaje, el margen de error… Evitemos entrar en detalles. No logro entender el comportamiento de estos sujetos de la serie K. Obsérvenlo: lánguido, disuelto, parece la parodia del ser humano; observen su postura arqueada: no ha parado de mirar sus cuadros; abstraído, parece estar salido de sí; miren sus ojos, esa mirada repugnante, obscena, sin engranajes, y con un asqueroso orzuelo al que habría que quemar con un hierro al rojo estable. Está claro que nos odia, de alguna manera lo hace aunque no consiga vernos. ¡No seas patético y fanático, imbécil! Observen sus movimientos: apenas visibles, sin gracia, fuera del ¡divino divino engranaje! ¡Tres veces alabado sea! Observen: decanta su rusticidad. ¡Tripper! Opiné desde un principio que sería imposible. Nada es imposible. No todos se ajustan al mecanismo; además, aquí dice que «no figura en las blogósferas» Está muerto. Seguro no resistirá mucho más así. ¿Teme? Sólo a la muerte. Pero… no entiendo… es decir, ¿sólo a la muerte?, ¿su muerte? Teme a la muerte de su esencia, a la desaparición de su ideal. Es un romántico, una ameba del romanticismo. Pobre sujeto, es absurdo. Insisto, perdemos el tiempo con él. Está bien, lo acepto. Buscaremos otro, pero esta situación sólo será verdadera para nosotros, y no se reflejará en el informe. Aunque, quisiera observarlo un poco más. ¿De acuerdo? De acuerdo. ¿Le quitaremos los ojos? Sin ojos no podrá valerse a nuestro gusto. Pues… no sé, ahora no puedo quitarme las ganas de hacerle algo. Sugiero serrucharle un brazo, y colocarle una palanca mecánica a poleas, que trabaje cíclicamente a 3000 Newton de fuerza, o más, pero siempre constante, sin posibles desajustes. ¿Con qué mano suele pintar? Con ambas. Jajaja, esto es increíble; pues, búscate una tenaza, y muy demasiadamente lento le rebanas los dedillos. ¿Seguro? Seguro. Pero eso duele. ¿A quién?, ja. Pero… ¿y el informe?, ¿y nuestra tesis? ¡Al diablo con ello! ¡Vamos! Disculpe… pero no me parece apropiado. ¡No seas blandengue, alfeñique! Mejor, espera, consíguete un taladro, hazle una broca en la cabeza y retírale la esponja; luego agrégale el cableado y conéctalo a dos veinte, previo empaparle los pies, claro. Pero así no podrá funcionar luego. Es verdad, bueno, pero al menos succiónale los ojos, aplástale la lengua, córtale las manos y en su lugar le colocas garfios adaptados a motores a explosión… espera, eso es muy rústico y ensucia, mejor empálalo al suelo y haz de su cabeza un dínamo, ja; o le aplicas un wurm o larva androide en los sesos y lo mojas bien para que se oxide, luego lo metes en una jaula de Faraday, que se venden en cualquier farmacia, le explicas cómo funcionará el mecanismo y le amagas a electrocutarlo, luego, ya suponiendo que se entenderá a salvo, lo retiras de la cámara de Faraday, lo mareas un poco y le dices que se encuentra dentro de dicha cámara, a salvo, cuando esté convencido, lo electrocutas de una buena vez, y si todavía patalea, te consigues un yunque pesadísimo que puedas levantar y comienzas a estropearlo por donde se te antoje a la vez que te ejercitas y te jactas de ambas cosas; ¿qué me dices?. No sé… Se me antojan las piernas, ¿qué dicen? Pues… no sé, si logras que se desplace por electroimanes, hazlo. Para el desplazamiento, sugiero adaptarle una varilla de acero en el conducto medular de la columna, desde la tercera vértebra cervical hasta que le salga por el ortex; ya rígido, le enroscamos una soga o cien metros de alambre de púas en el cuello; ya enrollado, aplicamos tal fuerza para que, jalando de dicho cordel, sea soga o alambre de púas, sean cien o doscientos metros, el sujeto se desplace con libre albedrío y gire y gire cual si fuera un errante trompillo, de esos que nunca acaban de girar cuando ya están haciéndolo nuevamente; ¿qué tal? Pero preferiría machacarle los dedos a martillazos, ¿qué opinan? Así va a pintar si es brujo. Jajaja. ¡Vamos!

Bien. Listo. Una obra de arte. ¡No seas extremista! En cuanto a él… bueno, mírenlo, propongo dejarlo preso en lo que queda de su cáscara, igualmente es uno entre… ¿Dejarlo? ¡Quiero que tema! ¡Si no es capaz de unirse a las filas, quiero que tema! ¡Que el miedo parasite su paupérrima existencia! ¡Quiero que sienta miedo a cada instante! ¡Que se ahogue en miedo y que sea sed su calma! ¡Aplíquenle doce larvas de miedo ultralacerante, ahora! Pero, eso será difícil… No, no es tan difícil. Igual ya no podrá moverse mucho. Jajaja. Que agarre el pincel con lo que pueda, o con el culín o espaldita de sentarse. ¡Jajaja! Pf, pintor. ¿Y si no lo conseguimos? Pues, que acabe muerto en una cuneta o flotando en las aguas del puerto. Pero… eso, como dijera Nietzsche, es demasiado humano… ¿Acaso importa? Será uno menos. Será uno más. ¡Bravo, bravísimo!

¿Y qué hay del Dr. Jekyll y Mr. Hyde? Están por llegar. Cállate imbécil, quizá ya pueda oírnos. No lo hará. Seguro. Muy. Riamos.

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